“Las multitudes escuchaban atentamente a Felipe, porque estaban deseosas de oír el mensaje y ver las señales milagrosas que él hacía. 7 Muchos espíritus malignos fueron expulsados, los cuales gritaban cuando salían de sus víctimas; y muchos que habían sido paralíticos o cojos fueron sanados.” (Hechos 8:6-7)
La mayoría de los cristianos se dan cuenta de que el Señor quiere que compartan el Evangelio y se involucren en el ministerio con otros. Sin embargo, muchos cristianos no se dan cuenta de que necesitan hacerlo en el poder del Espíritu Santo. Una y otra vez aprendemos en la Biblia que es el Espíritu de Dios el que nos capacita para compartir las Buenas Nuevas de Jesús y marcar la diferencia en las vidas de las personas. Este también fue el caso de Jesús, quien cito a Isaías cuando dijo “«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Noticia a los pobres. Me ha enviado a proclamar que los cautivos serán liberados, que los ciegos verán, que los oprimidos serán puestos en libertad.” (Lucas 4:18) Aunque Jesús dijo esto acerca de Él mismo, se dio el mismo poder que a aquellos que lo siguieron. Lucas escribió, “Cierto día, Jesús reunió a sus doce discípulos y les dio poder y autoridad para expulsar a todos los demonios y sanar enfermedades. Luego los envió para que anunciaran a todos acerca del reino de Dios y sanaran a los enfermos.” (Lucas 9:1-2) Es importante que recodemos que Jesús no solo quería este empoderamiento para sus discípulos, sino también para nosotros. El Apóstol Juan cita a Jesús diciendo “Les digo la verdad, todo el que crea en mí hará las mismas obras que yo he hecho y aún mayores, porque voy a estar con el Padre.” (Juan 14:12)
Cuando somos capacitados por el Espíritu, ayudamos a liberar a otros de sus ataduras. Muchas personas, incluso los cristianos, están en esclavitud al pecado y a Satanás. Aunque puedan haberse entregado al Señor, a menudo siguen siendo cautivos de ataduras en sus vidas. El Apóstol Pablo escribió, “Entonces entrarán en razón y escaparán de la trampa del diablo. Pues él los ha tenido cautivos, para que hagan lo que él quiere.” (2 Timoteo 2:26) Pero Jesús estableció que “«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar la Buena Noticia a los pobres. Me ha enviado a proclamar que los cautivos serán liberados, que los ciegos verán, que los oprimidos serán puestos en libertad.” (Lucas 4:18) El Señor nos ha llamado a hacer lo que El hizo. Nosotros también deberíamos llevar salvación, consuelo, emancipación y liberación a otros. Ayudamos a otros a experimentar la libertad en sus vidas al orar con y por ellos, al animarlos con nuestras palabras y acciones y al disciplinarlos para que sean más como Jesús.
Actividad de seguimiento- Reflexiona sobre las personas que conoces que están luchando con ataduras o adicciones. Ora por ellos y considera cómo podrías mostrarles el amor de Cristo y ayudarles a encontrar libertad de sus ataduras. Pídele al Señor que te muestre cuales Escrituras, recursos cristianos, grupos de apoyo o consejeros podrían ser beneficiosos para ellos. Si estás guiando a tu familia en esta devocional, tengan una conversación sobre cómo Dios quiere que ayudemos a otros a liberarse del pecado, luego anima a cada miembro de la familia a orar por esto y animar a aquellos que conocen que puedan estar en esclavitud espiritual.
Oración para hoy – Señor, sé que quieres asistirme en liberar a aquellos que están siendo cautivos por ataduras pecaminosas. Cuando estas oportunidades se presenten, pido que tu Espíritu me empodere aún más. En el nombre de Jesús, Amén.