31 de Marzo , 2023
Haz Lo Correcto

“¿Por qué me llamas bueno? —le preguntó Jesús—. Solo Dios es verdaderamente bueno; pero para contestar a tu pregunta, tú conoces los mandamientos: “No cometas adulterio; no cometas asesinato; no robes; no des falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre”. El hombre respondió: —He obedecido todos esos mandamientos desde que era joven. Cuando Jesús oyó su respuesta, le dijo: —Hay una cosa que todavía no has hecho. Vende todas tus posesiones y entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Después ven y sígueme. Cuando el hombre oyó esto, se puso triste porque era muy rico.” (Lucas 18:19-23)

PENSAMIENTO DEVOCIONAL

La escritura anterior cuenta la triste historia del hombre que no estaba dispuesto a priorizar a Jesús sobre su dinero. Lo que es aún más triste es el siguiente versículo donde Jesús se dirige a sus discípulos y dice: “¡Qué difícil es para los ricos entrar en el Reino de Dios!”. (Lucas 18:24) Muchos se han preguntado, “¿Qué estaba diciendo Jesús a sus discípulos?” Él estaba diciendo que es muy difícil para alguien que está enfocado en las riquezas entrar al Reino de los Cielos. Jesús dijo esto por varias razones.

Primero, ser económicamente rico puede ser una desventaja espiritual para nosotros porque nos dificulta depender de Dios. Todos hemos conocido a personas que tienen muchos recursos económicos. ¿Cuántos de esos individuos están confiando en Dios para su provisión diaria? Pero los cristianos que no tienen muchos recursos económicos han aprendido la necesidad de volverse al Señor y confiar en Él para sus necesidades económicas. Tener siempre lo que necesitas en la vida hace que sea difícil depender del Señor para la provisión que realmente necesitas.

Segundo, ser financieramente rico puede ser una desventaja espiritual para nosotros porque nos distrae de nuestras verdaderas prioridades en la vida. Ser rico te brinda todo tipo de oportunidades que compiten con Dios por la posición número uno en nuestras vidas. Casas de vacaciones, boletos de temporada de los Saints, actividades para niños, boletos para los Pelicans, propiedades de inversión, viajes de caza, equipo de pesca, membresías de clubes de golf, viajes de compras, cruceros, autos deportivos, veleros, motos de agua, etc. Ninguna de estas cosas es mala en y de sí mismos, pero una vez que los tenemos, tenemos que trabajar más duro para mantenerlos. Jesús dijo: “Buscad el Reino de Dios por encima de todo, y vivid con rectitud, y Él os dará todo lo que necesitéis”. (Mateo 6:33).

Tercero, ser económicamente rico puede ser una desventaja espiritual para nosotros porque nos da una mayor responsabilidad en el reino de Dios. Mucha gente piensa que Dios los hizo ricos para que pudieran consumirlo todo. Así no es ser rico. Así es ser egoísta. La confianza del asunto es esta: El Señor bendice financieramente a las personas para que puedan bendecir a otros con sus finanzas. Jesús dijo: “Mucho se requiere de aquellos a quienes mucho se les da, y mucho más se les requiere de aquellos a quienes mucho más se les da”. (Lucas 12:48)

Mucha gente está tratando de acumular tesoros, pero no tienen ninguna seguridad de que irán al Cielo porque no tienen una relación con el Señor. Y por eso se están perdiendo la mejor vida, la vida bendita.

ACTIVIDAD DE SEGUIMIENTO

Hazte las siguientes preguntas y luego respóndelas en privado. (1) ¿Tengo tanto que he dejado de depender del Señor? (2) ¿Priorizo al Señor y Su Reino por encima de mis posesiones y Sus bendiciones en mi vida? (3) ¿Bendigo a otros con lo que el Señor me ha dado? Después de haber pensado en tus respuestas, ora y pídele al Señor que vuelva a priorizar tu vida, ayudándote a depender completamente de Él, a enfocar tu vida en Su Reino y a bendecir a otros con lo que tienes. Si estás guiando a tu familia a través de este devocional, pídeles que respondan las tres preguntas anteriores, luego oren el mismo enfoque de oración escrito anteriormente en familia.

ENFOQUE DE ORACIÓN

Señor, gracias por tus bendiciones en mi vida. Aun así, ayúdame a darme cuenta siempre de mi dependencia de Ti. Ayúdame a centrarme siempre en Ti y en Tu Reino por encima de todo. Ayúdame a usar siempre lo que me has dado para bendecir a otros. En el nombre de Jesús, Amén.

Scroll to Top