El Profeta Jeremías- “En cambio, probemos y examinemos nuestros caminos y volvamos al Señor.” (Lamentaciones 3:40)
“¡Es que así soy yo!” ¿Alguna vez has escuchado a alguien hacer esta declaración? Quizás tú mismo la has hecho en algún momento. Muchos de los hábitos que hemos desarrollado en nuestra niñez puede que no sean cómodos para nosotros, pero al menos nos son familiares. Estas características a lo mejor pueden ser contraproducentes, pero al menos nos pertenecen. Son como un par de zapatos viejos, o unos pantalones cortos desgastados, o una camiseta manchada de los cuales no podemos deshacernos.
Aun como cristianos, a menudo confundimos nuestra identidad con los defectos que tenemos en nuestro carácter. A veces decimos cosas como, “Bueno, así es como soy”. Cuando hacemos declaraciones así, estamos identificándonos con nuestros defectos o con nuestras ataduras, convirtiéndolas en profecías auto-cumplidas en nuestras vidas. La mayoría de nosotros sabe que necesitamos tomar pasos para identificar nuestras luchas y obtener la victoria sobre ellas y aun así por alguna razón elegimos vivir en esclavitud.
Cuando nos igualamos con los defectos que tenemos en nuestro carácter, realmente estamos expresando excusas o mintiendo. Intenta este ejercicio en tu mente o en un papel- Completa la siguiente oración: “Es típico de mi _________________.” Posibles respuestas pueden incluir: (ser adicto al trabajo, comer con exceso, estar ansioso por todo, dar respuestas pasivas, ser pasivo agresivo, ser temeroso, ser temperamental, mentir cuando estoy bajo presión). Cuando pensamos así nos estamos permitiendo seguir en una esclavitud espiritual.
Algunas personas escogen vivir en esclavitud con su naturaleza pecaminosa porque no se dan cuenta de que la Victoria es asequible para ellos. A menudo, estas personas creen que tienen que ir a la iglesia o donde un pastor o sacerdote antes de que puedan recibir la victoria ante sus luchas y ataduras. Sin embargo, los Cristianos tenemos toda la ayuda que necesitamos diariamente. El Apóstol Juan escribe, “Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes son verdaderamente libres.” (Juan 8:36) Cuando una persona se convierte en Cristiana, obtiene acceso al poder de Jesús en sus vidas y para sus vidas. El Apóstol Pablo escribe, ¡Soy un pobre desgraciado! ¿Quién me libertará de esta vida dominada por el pecado y la muerte? ¡Gracias a Dios! La respuesta está en Jesucristo nuestro Señor. Así que ya ven: en mi mente de verdad quiero obedecer la ley de Dios, pero a causa de mi naturaleza pecaminosa, soy esclavo del pecado.” (Romanos 7:24-25)
Actividad de seguimiento- Mira una vez más el ejercicio de arriba donde completaste la oración con un defecto en tu carácter. ¿Hay algún otro defecto que no fue mencionado con el cual te describirías? Escríbelo y llena el espacio en blanco. Luego ora por tu lista, pidiéndole al Señor que te de la victoria sobre cada atadura. Si estas guiando a tu familia durante este devocional, pídeles completar la misma actividad y luego oren como familia.
Oración para hoy- Señor, Tú puedes hacer todas las cosas. Sabiendo esto, te pido que me ayudes a escoger no vivir en esclavitud con mis deseos pecaminosos si no que rinda mis ataduras a ti para que yo pueda vivir en victoria. En el nombre de Jesús, Amén.