El Apóstol Pablo- “Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva.” (Filipenses 1:6)
Cuando nuestra naturaleza pecaminosa se asoma, tendemos a olvidarnos del Señor, que su Espíritu Santo habita en nosotros y otros recursos divinos que Él nos ha dado para ayudarnos a pelear y derrotar nuestra naturaleza pecaminosa. En el devocional de hoy, vamos a repasar cuatro de esos recursos. Primero, el Señor nos ha dado a cada uno de nosotros una naturaleza divina para ayudarnos a combatir nuestra naturaleza pecaminosa. El Apóstol Pablo escribe, “Y debido a su gloria y excelencia, nos ha dado grandes y preciosas promesas. Estas promesas hacen posible que ustedes participen de la naturaleza divina y escapen de la corrupción del mundo, causada por los deseos humanos.” (2 Pedro 1:4). En otras palabras, porque la presencia del Señor vive en nosotros en la persona del Espíritu Santo, ahora tenemos una naturaleza que nos anima a pensar correcto, hablar correcto, actuar correcto y hacer lo correcto.
Segundo, el Señor nos ha dado su palabra para ayudarnos a superar las luchas contra nuestra naturaleza pecaminosa. El Salmista escribe, “He guardado tu palabra en mi corazón, para no pecar contra ti.” (Salmos 119:11) Como cristianos, debemos diariamente leer y estudiar la Palabra de Dios para que podamos conocer sus caminos y sus planes para nuestras vidas. Es importante que cada uno de nosotros encuentre o desarrolle un plan estratégico para leer la Biblia y así podamos ser consistentes en nuestras lecturas diarias, en el estudio y la meditación de la Palabra de Dios.
En tercer lugar, el Señor nos ha dado individuos piadosos para ayudarnos en las batallas con nuestras naturalezas pecaminosas. Es importante para los Cristianos el rodearse con amigos Cristianos que van a acercarlos más al Señor. El Rey Salomón escribe, “Como el hierro se afila con hierro, así un amigo se afila con su amigo.” (Proverbios 27:17) Todos necesitamos amigos Buenos y piadosos en nuestras vidas. Cuando los acogemos, ellos nos van a retar cuando tengamos malas actitudes y hábitos, y nos van a ayudar a convertirnos en mejores y más fuertes seguidores de Jesús.
Finalmente, el Señor nos ha dado su Espíritu para ayudarnos a vencer nuestras naturalezas pecaminosas. El Apóstol Pablo escribe, “Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa.” (Gálatas 5:16) Cuando vivimos diariamente en el poder del Espíritu de Dios, vamos a poder sobrepasar nuestra naturaleza pecaminosa. Jesús dijo una vez, “Sin embargo, cuando el Padre envíe al Abogado Defensor como mi representante—es decir, al Espíritu Santo—, él les enseñará todo y les recordará cada cosa que les he dicho.” (Juan 14:26) ¿Que mejor ayuda pudiéramos recibir que la ayuda del Señor a través del Espíritu Santo?
Actividad de seguimiento- En tu diario o en un papel, escríbele una oración al Señor, agradeciéndole por los recursos divinos que Él te ha dado para ayudarte a luchar contra tu naturaleza pecaminosa. Pídele que te ayude a explorar cada uno para que tu fe pueda crecer. Si estas guiando a tu familia durante este devocional, guíalos para que completen el mismo ejercicio, luego oren como familia.
Oración para hoy- Señor, gracias por darme los recursos para ayudarme a superar mi naturaleza pecaminosa. Ayúdame a usarlos sabiamente. En el nombre de Jesús, Amén.