“No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:6-7)
Anteriormente, aprendimos acerca de Daniel, quien oraba tres veces al día. Todo el mundo entendió que Daniel daba prioridad a estos “encuentros” con Dios sobre todas las cosas, aun por encima de los decretos del rey. De la misma forma, necesitamos hacer encuentros regulares con el Señor. Si nuestros cuerpos nos dicen, “Tres veces al día debes darme de comer”, deberíamos decirle a nuestro cuerpo, “Hoy en este momento en particular vamos a orar.” Pautar tiempos de oración específicos no significa que debe ser una rutina duradera. No estamos usando nuestro tiempo de oración para obtener algún tipo de crédito espiritual con Dios. Pero, al hacer citas o encuentros con el Señor, simplemente estamos dando prioridad a nuestra comunicación con El.
El Apóstol Pablo escribió a la iglesia de Tesalonicenses que “Nunca dejen de orar. Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús.” (1Tesalonisenses 5:17-18) Esto nos muestra que debemos estar en una actitud de oración todo el tiempo. Algunas personas oran cuando están en la ducha, cuando están manejando hacia el trabajo, o cuando están subiendo y bajando las escaleras. Sin embargo, orar en diferentes momentos del día no debe ser un sustituto de pasar tiempo diario con Dios en un lugar específico a una hora específica.
El Apóstol Juan una vez escribió, “En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros.” (1 Juan 4:10) Este versículo puede ser expandido para decir que “Queremos pasar tiempo con Él porque Él quería primero pasar tiempo con nosotros.” En su libro Crece, Joel Comiskey escribe: “Dios desea pasar tiempo con nosotros más de lo que queremos pasarlo con El. De hecho, Él nos hizo con el anhelo de pasar tiempo con EL. Buscamos a Dios porque Él nos buscó a nosotros primero; Él puso estos deseos en nuestros corazones. Y es este deseo que te va a sostener día tras día. La buena noticia es que mientras más tiempo pasas con Dios, el deseo de estar con El crece.”
Actividad de seguimiento- Una vez más, revisa tu calendario personal. ¿Cuáles momentos funcionan mejor para ti para pasar tiempo con el Señor diariamente? Si ya tienes un tiempo de oración diario con el Señor, agradécele por esto cuando le ores. Si no, programa un tiempo para estar con el Señor mañana y ve si te funciona. Siempre puedes cambiarlo a otro tiempo que te parezca mejor. Si estas guiando a tu familia durante este devocional, ayuda a cada uno de ellos a apartar un tiempo durante el día que sea apropiado para estar con el Señor y guíalos para que lo intenten mañana.
Oración para hoy- Señor, gracias por permitirnos hablarte directamente. Ayúdame cada día a pasar tiempo de oración contigo. En el nombre de Jesús, Amén.