Santiago- “Como pueden ver, la fe por sí sola no es suficiente. A menos que produzca buenas acciones, está muerta y es inútil. Ahora bien, alguien podría argumentar: «Algunas personas tienen fe; otras, buenas acciones». Pero yo les digo: «¿Cómo me mostrarás tu fe si no haces buenas acciones? Yo les mostraré mi fe con mis buenas acciones».” (Santiago 2:17-18) 

Santiago nos recuerda que la Fe real en Dios debe estar acompañada por acciones tangibles que demuestren nuestra creencia. Debemos vivir nuestra Fe en Dios poniendo en práctica su voluntad y siendo obedientes a Él. Nuestra Fe no es pasiva, más bien es una que propulsa a la acción. “Jesús respondió con una historia: —Un hombre judío bajaba de Jerusalén a Jericó y fue atacado por ladrones. Le quitaron la ropa, le pegaron y lo dejaron medio muerto al costado del camino. Un sacerdote pasó por allí de casualidad, pero cuando vio al hombre en el suelo, cruzó al otro lado del camino y siguió de largo.  Un ayudante del templo pasó y lo vio allí tirado, pero también siguió de largo por el otro lado. Entonces pasó un samaritano despreciado y, cuando vio al hombre, sintió compasión por él.  Se le acercó y le alivió las heridas con vino y aceite de oliva, y se las vendó. Luego subió al hombre en su propio burro y lo llevó hasta un alojamiento, donde cuidó de él.  Al día siguiente, le dio dos monedas de plata al encargado de la posada y le dijo: “Cuida de este hombre. Si los gastos superan esta cantidad, te pagaré la diferencia la próxima vez que pase por aquí”. Ahora bien, ¿cuál de los tres te parece que fue el prójimo del hombre atacado por los bandidos?—preguntó Jesús. El hombre contestó: —El que mostró compasión. Entonces Jesús le dijo: —Así es, ahora ve y haz lo mismo.” (Lucas 10:30-37) 

Debemos caminar por la Fe y no por la vista, confiando que el plan De Dios es más grande que nuestro propio entendimiento. Puede ser difícil caminar en Fe, pero debemos confiar en que Dios está con nosotros cada paso que damos. El Apóstol Pablo nos recuerda que, “Pues vivimos por lo que creemos y no por lo que vemos.” (2 Corintios 5:7) Esto quiere decir que nuestro trayecto en la Fe también incluye una transformación interna en nuestras mentes y corazones. Mientras buscamos y nos esforzamos para seguir al Señor, Él nos cambia desde nuestro interior, moldeándonos conforme a su imagen. Santiago escribe, “Recuerden que es pecado saber lo que se debe hacer y luego no hacerlo.” (Santiago 4:17)

En esta escritura, he nos está exhortando a que vivamos nuestra vida con propósito e intencionalidad. Cada momento y oportunidad que tenemos debemos usarla para servir y glorificar a Dios. Cómo el Buen Samaritano, no solo debemos mirar a aquellos que tienen necesidad, si no también debemos tener la valentía de actuar. Como cristianos, no debemos conformarnos con hablarle a otros acerca de nuestra fe, sino que debemos ponerla en acción cada día. Nuestra fe debe inspirarnos a vivir el Evangelio de Jesús de manera tangible, tanto interna como externamente. Que caminemos por Fe y sigamos a Cristo con todo nuestro ser, sin desperdiciar un momento de hacer el bien y compartir su amor con otros. 

Actividad de seguimiento- Reflexiona en cuáles áreas de tu vida necesita acción. Ora y pídele a Dios que te dé la fortaleza y valentía de hacer tu Fe más activa. Si estás guiando a tu familia durante este devocional, discute cómo pueden agregar Fe en acción a su dinámica familiar. Luego, oren como familia, pidiéndole a Dios por valentía para ayudarles a que su Fe sea más activa. 

 Oración para hoy- Señor, gracias por dar tu vida por mi activamente. Ayúdame a siempre vivir por Fe a través de mis acciones. En el nombre de Jesús, Amén.

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