“Si necesitan sabiduría, pídansela a nuestro generoso Dios, y él se la dará; no los reprenderá por pedirla. Cuando se la pidan, asegúrense de que su fe sea solamente en Dios, y no duden, porque una persona que duda tiene la lealtad dividida y es tan inestable como una ola del mar que el viento arrastra y empuja de un lado a otro. Esas personas no deberían esperar nada del Señor.” (Santiago 1:5-7)
Nuestra Fe está intrínsecamente atada a nuestras oraciones. La Fe trabaja a través de nuestras oraciones, y nuestras oraciones fortalecen nuestra Fe. Cómo cristianos, podemos postrarnos a Dios en oración y confiar en el que Él nos escucha. Cuando le pedimos sabiduría, dirección o ayuda, podemos estar seguros de que Él lo va a cumplir. Sin embargo, en la escritura de arriba, Santiago nos alerta que no vayamos a Dios en oración durando o con una Fe débil. Cuando oramos con confianza y creyendo de todo corazón, nos abrimos para recibir los regalos que Dios tiene para nosotros. Por otro lado, cuando oramos escépticos o dudosos, nos impedimos de experimentar la plenitud de la gracia De Dios y de sus bendiciones. Debemos orar con Fe, sino, no recibiremos respuesta a nuestras oraciones.
Es importante para nosotros ser conscientes de nuestros motivos cuando oremos. No debemos usar la oración como un médico de manipulación a Dios para obtener lo que queremos. Debemos ir a Dios con una actitud de humildad y entrega, confiando que Él sabe lo que es mejor para nosotros. Cuando oramos con una postura de humildad, permitimos que Dios trabaje a través de nosotros y nos guíe en su voluntad. En la oración, tenemos la oportunidad de acercarnos a Dios y profundizar en nuestra Fe.
Podemos poner nuestras cargas a sus pies y recibir su fortaleza y gracia. Santiago escribe, “¿Alguno está enfermo? Que llame a los ancianos de la iglesia, para que vengan y oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. Una oración ofrecida con fe sanará al enfermo, y el Señor hará que se recupere; y si ha cometido pecados, será perdonado.” (Santiago 5:14-15) Cuando crecemos en nuestra fe, nuestras oraciones se vuelven más poderosas y efectivas, y testificaremos la provisión de Dios en nuestras vidas en nuevas y transformadoras maneras.
Debemos siempre esforzarnos por ser de oración, acercándonos a Dios con Fe y confianza. Debemos venir a Él con toda sinceridad y humildad, buscando su sabiduría y dirección para nuestras vidas. Que nuestras oraciones Sean un reflejo de nuestra fe, que trabajen a través de nosotros para transformar corazones e inspirarnos a caminar de la mano con El.
Actividad de seguimiento- Hoy, pasa un tiempo en oración, pidiéndole a Dios por sabiduría en áreas específicas de tu vida. Reflexiona sobre cualquier duda o reserva que puedas tener acerca de tus peticiones de oración. Considera cada miedo que pueda estar dificultando tu fe, y pídele a Dios que te ayude a sobrepasarlo. Si estás guiando tu familia a través de este devocional, anímales a completar la misma actividad.
Oración para hoy- Señor, dame sabiduría. Muéstrame cualquier miedo o duda que pueda estar entorpeciendo mi fe y ayúdame a superarla. En el nombre de Jesús, Amén.