El Apóstol Pablo - “Realmente no me entiendo a mí mismo, porque quiero hacer lo que es correcto, pero no lo hago. En cambio, hago lo que odio. Pero si yo sé que lo que hago está mal, eso demuestra que estoy de acuerdo con que la ley es buena. Entonces no soy yo el que hace lo que está mal, sino el pecado que vive en mí.” (Romanos 7:15-17)
En la escritura de arriba, Pablo está escribiendo acerca de una batalla en la que él está involucrado. Pero, en este punto, la batalla no es contra el maligno o contra personas malas (aunque el ciertamente tuvo ese tipo de conflictos espirituales). Él se está refiriendo a la batalla con el mismo. La Biblia nos ensena que los cristianos están contantemente luchando contra la carne, el mundo y el maligno. Muchas veces la mayor lucha que los cristianos tenemos es con nuestra propia carne, nuestra naturaleza pecaminosa y nuestra predisposición hacia el egoísmo y el pecado.
Es nuestra naturaleza pecaminosa que nos hace querer mentir, robar, engañar, herir a otros, traicionar, acaparar y abiertamente enfocarnos en nuestros propios placeres personales, físicos y emocionales. Todos batallamos con nuestra carne a veces. Y desesperadamente necesitamos que el Espíritu Santo nos ayude a sobrepasar nuestra naturaleza pecaminosa. Por esto es que el Apóstol Pablo escribe, “Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa. La naturaleza pecaminosa desea hacer el mal, que es precisamente lo contrario de lo que quiere el Espíritu. Y el Espíritu nos da deseos que se oponen a lo que desea la naturaleza pecaminosa. Estas dos fuerzas luchan constantemente entre sí, entonces ustedes no son libres para llevar a cabo sus buenas intenciones.” (Gálatas 5:16-17).
El Apóstol Pablo también escribe, “Cuando ustedes siguen los deseos de la naturaleza pecaminosa, los resultados son más que claros: inmoralidad sexual, impureza, pasiones sensuales, idolatría, hechicería, hostilidad, peleas, celos, arrebatos de furia, ambición egoísta, discordias, divisiones, envidia, borracheras, fiestas desenfrenadas y otros pecados parecidos. Permítanme repetirles lo que les dije antes: cualquiera que lleve esa clase de vida no heredará el reino de Dios.” (Gálatas 5:19-21) Lo que se ha mencionado son hábitos destructivos. Aun así, este tipo de hábitos ocurren en la vida de las personas cuando continúan viviendo en su naturaleza pecaminosa en vez de vivir en su nueva naturaleza y en los nuevos caminos que el Senos les ha dado para vivir. Sin embargo, aquellos que hemos llegado hasta aquí en estos devocionales, hemos decidido vivir vidas sobrenaturales. Para hacer esto, debemos reconoces las luchas que nos mantienen viviendo vidas antinaturales. En los próximos días, primero aprenderemos por que luchamos con nuestra naturaleza pecaminosa aun después de que el Espíritu Santo llega a vivir en nuestras vidas. Luego, aprenderemos como ceder a nuestra naturaleza pecaminosa afecta nuestras vidas. Y finalmente aprenderemos como vencer diariamente nuestra naturaleza pecaminosa para que podamos ganar las batallas diarias que tenemos con nuestra carne.
Actividad de seguimiento- En tu diario o en un papel, escribe los versículos de enfoque del día de hoy-Romanos 7:15-17. Léelos antes de cada comida hoy. Luego, mientras oras por los alimentos, pídele al Señor que te ayude a reconocer tus propios deseos carnales para que puedas crecer y acercarte más a Él. Si estas guiando a tu familia en este tiempo devocional, dialoga con ellos acerca del significado de la escritura, luego anima a cada miembro a escribir Romanos 7:15-17 y a seguir las pautas de la oración compartidas arriba.
Oración para hoy- Señor, ayúdame a reconocer mis luchas antes ti para que pueda vivir una vida sobrenatural en ti y a través de ti. En el nombre de Jesús, Amen.